De un árbol conocido como drago proviene una sustancia de savia color “sangre” con propiedades medicinales. Por su contenido del alcaloide, taspina y de acción antiviral eleva las defensas del cuerpo y actúa como cicatrizante y desinflamante.
La denominada “sangre de drago” a lo largo del tiempo ha demostrado sus propiedades curativas en todas las especies estudiadas. Comúnmente se aplica en el tratamiento de ulceras estomacales, gastritis crónicas, cirrosis al hígado, cicatrizante y heridas internas.
Para los IWIAS, nativos de Pataza, este árbol ha sido venerado por ser el proveedor de uno de los productos naturales más utilizados para sus prácticas medicinales. A más de la fe que le agregan estas tribus nativas, posee un comprobado alto grado curativo que lo convierte en un elemento “mágico” en su mundo etnobotánico.
En Shell se puede ubicar este tipo de árboles que miden entre 5-6 metros de altura caracterizado por presentar un ramaje cubierto por pilosidades estrelladas, hojas anchas, ovales, cordiformes, plurinervadas y glandulares en su base; pecíolos alargados; inflorescencias arracimadas con flores unisexuales blanquecinas y un fruto capsular pubescente.
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