Aunque se tomen las debidas precauciones, nadie en la vida está libre de enfrentarse a una enfermedad o lesión repentina en el hogar, el trabajo o en cualquier otro sitio. La pregunta es, ¿Cómo enfrentarlos?
Una de las características principales del ser humano es la de seguir su instinto por ayudar a quien se encuentra en peligro. Sin embargo, aunque se pretenda ayudar muchas veces, son el miedo, la inseguridad o el escaso conocimiento el que impide actuar o brindar la ayuda adecuada y oportuna que el “otro” requiere.
¿Qué hacer? Lo recomendable es informarse de todo cuanto se refiere a primeros auxilios. Conocer una serie de procedimientos médicos simples puede estar destinado a salvar la vida de una persona en situaciones de emergencia médica. Generalmente los realiza una persona no titulada en medicina, antes de la intervención de los servicios de emergencia.
Un primer paso es tener en casa el botiquín de primeros auxilios. Este debe contener lo indispensable para prestar la primera ayuda: materiales como gasas, vendas, esparadrapos, algodón, alcohol, suero fisiológico, antihistamínicos, analgésicos, entre otros instrumentos y elementos adicionales como tijeras pinzas, termómetro, guantes y pañuelos desechables, etc.
Esta es una manera de prevención ante cualquier riesgo que se presente y seguramente será una forma de perder los miedos e inseguridades inoportunas en aquellos momentos de “auxilio”.
Gracias a tus conocimientos, ayudar a un familiar, un amigo o tal vez a un desconocido se convertirá en un paso simple.
¡A tomar la debidas precauciones!
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