En estos tiempos, las carreras deportivas se inician desde edades muy tempranas. Los niños, guiados por sus padres, incluyen en su vida distintos entrenamientos.
Su visión “ser los futuros profesionales del deporte”.
Pero, ¿sus jóvenes organismos están preparados para ese nivel e intensidad de entrenamiento?
Para Héctor Sevilla, pediatra, los niños que realizan deporte de competición deben someterse a un estudio cardíaco al menos una vez al año. De esta manera se descartará cualquier tipo de anomalía contraproducente al momento de realizar los ejercicios.
El soplo funcional o inocente es frecuente en los recién nacidos, y aunque exigen revisiones periódicas los cardiólogos infantiles, no se le considera cardiopatía. “uno de cada cien recién nacidos padecen de problemas cardíacos” aseguró.
Algunas se manifiestan días, semanas, meses o incluso años después, y sin embargo su origen es congénito, pues ya al nacer existe la generación de una cardiopatía posterior.
La medicina actual desconoce la verdadera causa de las anomalías o deficiencias del desarrollo cardíaco que se puede producir a lo largo de los años en una persona aún cuando sean congénitas. Lo que si se han descubierto son los factores de riesgo o circunstancias que favorecen tener un hijo con cardiopatía.
Según Víctor Hugo Espín, genético, en el caso de que los padres tengan una edad inferior a 18 años y superior a 35 años, antecedentes familiares de cardiopatías congénitas, niños con alteraciones cromosómicas, diabetes, alcoholismo, lupus, ingesta de drogas o rubeola durante el embarazo representan los factores más probables para que el bebé pueda nacer con una enfermedad cardíaca.