miércoles, 24 de junio de 2009

Niños campeones, alerta corazones

En estos tiempos, las carreras deportivas se inician desde edades muy tempranas. Los niños, guiados por sus padres, incluyen en su vida distintos entrenamientos.

Su visión “ser los futuros profesionales del deporte”.

Pero, ¿sus jóvenes organismos están preparados para ese nivel e intensidad de entrenamiento?


Para Héctor Sevilla, pediatra, los niños que realizan deporte de competición deben someterse a un estudio cardíaco al menos una vez al año. De esta manera se descartará cualquier tipo de anomalía contraproducente al momento de realizar los ejercicios.


El soplo funcional o inocente es frecuente en los recién nacidos, y aunque exigen revisiones periódicas los cardiólogos infantiles, no se le considera cardiopatía. “uno de cada cien recién nacidos padecen de problemas cardíacos” aseguró.

Algunas se manifiestan días, semanas, meses o incluso años después, y sin embargo su origen es congénito, pues ya al nacer existe la generación de una cardiopatía posterior.

La medicina actual desconoce la verdadera causa de las anomalías o deficiencias del desarrollo cardíaco que se puede producir a lo largo de los años en una persona aún cuando sean congénitas. Lo que si se han descubierto son los factores de riesgo o circunstancias que favorecen tener un hijo con cardiopatía.

Según Víctor Hugo Espín, genético, en el caso de que los padres tengan una edad inferior a 18 años y superior a 35 años, antecedentes familiares de cardiopatías congénitas, niños con alteraciones cromosómicas, diabetes, alcoholismo, lupus, ingesta de drogas o rubeola durante el embarazo representan los factores más probables para que el bebé pueda nacer con una enfermedad cardíaca.

lunes, 22 de junio de 2009

Normas básicas para el uso de trampas

Saber construir trampas no garantiza la obtención de alimento. Pero, en el mundo de los IWIAS, militares nativos de Pastaza, las trampas deben cumplir con el objetivo de alimentarlos día a día.



Primero observan el lugar para saber que es lo que pueden encontrar y donde. Su táctica es la de buscar huellas, deyecciones, sendas y otras pistas reveladoras de la presencia de la caza.



Muchos mamíferos, especialmente los de menor tamaño, como los cuchuchos, aves, peces, entre otros, tienen hábitos regulares por lo que les facilita detectarlos. Se pueden encontrar madrigueras o sus sendas marcadas en el rocío de la mañana o en oquedades y galerías entre los matorrales.



Al tener un campamento estable, deben poner tantas trampas como podamos controlar y revisarlas por la mañana y por la noche.



Los mecanismos deben de dispararse con facilidad para evitar que las presas huyan con el cebo.


Sin embargo, existen además otros tipos de trampas para cazar grandes animales basadas en la caída de grandes pesos y el apuñalamiento con lanzas y estacas. Son muy peligrosas, pues pueden matar o herir a una persona que accione el mecanismo accidentalmente.


Las trampas de lazo son las más sencillas utilizadas por estos militares quienes desarrollan sus destrezas no solamente aprendidas al ser IWIAS, sino que corresponden uno de los grupos más fuertes y dominantes para la supervivencia ya que han pasado toda su vida pisando ese suelo y batallando con esa fuerte vida

Materia vegetal como base de vida

Uña de gato, achiocat, santa maría, maca, pasuchaca, rabo de mono, copaiba, entre otros productos medicinales constituyen el resultado de años de investigación y desarrollo de los sectores nativos, quienes encontraron la manera de utilizar todo cuanto les rodea: hojas, arboles, palos, animales, frutos, entre otros productos caracterizados únicamente por su origen natural y curativo.

Según cuentan los miembros IWIA, militares nativos de Pastaza, antes de que llegaran los "blancos" a la amazonia, el único medio de tratar cualquier mal era a través de las plantas medicinales, sea hirviendo las partes curativas de las plantas medicinales, mediante baños tipo infusión, emplastos, frotaciones externas en las partes afectadas, etc.

Las hierbas o partes útiles de los árboles y arbustos generalmente eran recogidas por los curanderos o Chamanes designados por los dioses; recolectaban las plantas en lugares escogidos y misteriosos, pues sólo así tenían mayores efectos curativos aun sus principios activos y el don otorgado por los espíritus del bosque.

Plantas aromáticas y medicinales usadas en la medicina tradicional, así como también la bioactividad de aceites esenciales y extractos obtenidos de dicha materia vegetal son la base para desarrolar una alternativa en la que se aprovechan diversos residuos utiles desde la selva para el hombre.