lunes, 22 de junio de 2009

Normas básicas para el uso de trampas

Saber construir trampas no garantiza la obtención de alimento. Pero, en el mundo de los IWIAS, militares nativos de Pastaza, las trampas deben cumplir con el objetivo de alimentarlos día a día.



Primero observan el lugar para saber que es lo que pueden encontrar y donde. Su táctica es la de buscar huellas, deyecciones, sendas y otras pistas reveladoras de la presencia de la caza.



Muchos mamíferos, especialmente los de menor tamaño, como los cuchuchos, aves, peces, entre otros, tienen hábitos regulares por lo que les facilita detectarlos. Se pueden encontrar madrigueras o sus sendas marcadas en el rocío de la mañana o en oquedades y galerías entre los matorrales.



Al tener un campamento estable, deben poner tantas trampas como podamos controlar y revisarlas por la mañana y por la noche.



Los mecanismos deben de dispararse con facilidad para evitar que las presas huyan con el cebo.


Sin embargo, existen además otros tipos de trampas para cazar grandes animales basadas en la caída de grandes pesos y el apuñalamiento con lanzas y estacas. Son muy peligrosas, pues pueden matar o herir a una persona que accione el mecanismo accidentalmente.


Las trampas de lazo son las más sencillas utilizadas por estos militares quienes desarrollan sus destrezas no solamente aprendidas al ser IWIAS, sino que corresponden uno de los grupos más fuertes y dominantes para la supervivencia ya que han pasado toda su vida pisando ese suelo y batallando con esa fuerte vida

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